sábado, octubre 25

Cuento:"La isla de los espejos"















En un océano muy lejano y desconocido, existía una isla muy peculiar habitada por espejos. Esta población tan original vivía de una forma serena y feliz, disfrutando de cada día. Había espejos de todos los tamaños, unos grandes y otros pequeños, mas jóvenes y mas ancianos, pero todos absolutamente todos eran igual de importantes y valiosos. Todos llevaban una fina y sencilla estructura de madera como marco, bordeando la lámina de cristal.
Estos espejos, albergaban dentro de ellos un grillo con el cual vivían llevando una relación con mucha armonía. A estos grillos le gustaba mucho cuando los espejos se sentaban a observar la puesta del sol, cuando sentían el aire en sus cristales, al pasear entre los árboles, cuando se relacionaban entre los espejos con sinceridad, con cariño…y muchas mas cosas. Los espejos pasaban los días creando situaciones que hicieran disfrutar a sus grillos, pues así estos emitían una vibración a través de ellos que hacia que los espejos reflejaran las imágenes del entorno con una belleza enorme, llenas de matices, brillos y colores. Que bien se sentían entonces ellos, la vibración interna, que hermosos se sentían reflejando esos paisajes, o incluso a otros espejos, eran sensaciones tan agradables, tan fuertes y vivas.
Así pasaban los días, reforzando una unión entrañable entre espejos y su grillo interior, ellos le alimentaban con experiencias hermosas y el grillo les regalaba su vibración, su canto, reflejando las imágenes mas limpias, sencillas y hermosas que se puedan imaginar en los espejos.
Cierto día, encontraron en la playa un naufrago moribundo, era un espejo que venia del otro lado del océano. El barco en el que venia había sufrido una gran tormenta, y se había hundido, el era el único que pudo salvarse. Inmediatamente lo llevaron a una cabaña e intentaron lo posible para salvarlo. Entre sollozos pudo comentarles que era el capitán del barco y que tenía treinta espejos bajo sus órdenes. No entendían muy bien eso de que hubiera personas por debajo de alguien. Algo les llamo mucho la atención, el capitán, así era como el quería que le llamaran, tenia un marco enorme lleno de piedras preciosas, oro, pinturas de muchos colores y formas talladas sobre el, nada que ver con los que ellos llevaban. A los pocos días el capitán murió, no pudieron salvarlo.
A todos se les había quedado grabado la elegancia del marco, se dieron cuenta de esto por la diferencia tan grande que marcaba con ellos, también se habían percatado de las imagines grises y apagadas que reflejaba pero todos creyeron que eran porque estaba enfermo.
Así pues uno de ellos se fue a la playa y empezó a pegarse conchas en el marco, le picaban un poco pero se sentía diferente. De esta manera se fue al poblado, cuando todos lo vieron empezó a despertarse algo en ellos, un deseo de ser especiales y tener el marco mas elegante. Poco a poco fueron todos cargando sus marcos con todo lo que veían, hojas, piedras, arena….
Había de todas las maneras y formas, los cargaban de tantas cosas que algunos prácticamente no se podían mover. Lo importante era llamar la atención, ser admirado y sentirse un triunfador.
Cierto día uno de ellos encontró una mina de oro y hacia allí se fueron todos, querían ese material extraño y hermoso para ponerlo en sus marcos, se pasaban todos los días picando en la montaña para poder ponerse una pepita en el marco.
Cuando ya habían trabajado muchos años y llenado sus marcos de oro, encontraron diamantes en una montaña hacia el sur de la isla y hacia allí marcharon todos a conseguir llenarse de diamantes.
Siempre había algo nuevo que ellos deseaban para parecer mas, nunca podían parar ni estar tranquilos.
Hacia tiempo que ya nadie se acordaba de su grillo interno y hacer cosas para él, por lo que este se encontraba muy triste y no les cantaba pues no le apetecía. Ya no tenían reflejos hermosos, sino grises y oscuros al igual que sus vidas, incluso algunos habían ido tapando el cristal con todo tipo de adornos, ocultando su brillo totalmente. Era increíble cubrían la belleza y sencillez con cosas artificiales que no tenían vida. Parecía que se hubieran vuelto locos, ya nunca estaban contentos, habían discusiones constantemente por el oro, diamantes y todo tipo de cosas, todos querían tener mas y estar así por encima de los demás.
Así fueron pasando los años, ya no había alegría, todos se pasaban el día trabajando de mal humor, en cosas que no le gustaban. Todo esto, unido que su grillo interno no emitía vibraciones hermosas, ni cantaba, hizo que cada vez hubiera más enfermedades.
Nadie quería perder nada de su marco, siempre más y más, mantener este marco era muy duro, pesaba tanto toda esa fachada, esas cosas superfluas e innecesarias, eran tan difíciles de mantenerlas y llevarlas a todos los sitios.
Cierto día, uno de ellos después de estar trabajando todo el día, aunque se encontraba muy cansado, decidió seguir unas horas mas para conseguir alguna piedra. Ya no recordaba a que hora había empezado hoy, si había hablado con alguien de forma cariñosa, si había tenido algún momento de alegría y amor durante ese día, u otro día… la verdad es que este tipo de cosas ya nadie se las preguntaba.
Ya no podía más pero quería seguir trabajando, hasta que su cuerpo dijo que ya no podía mas, entonces sus piernas temblaron junto con un fuerte mareo, perdió el equilibrio y cayo por la larga ladera de la montaña. A medida que iba rodando, con cada golpe se iban soltando adornos de su marco, oro plata, joyas, todo lo que no formaba parte de el se iba soltado, al llegar abajo había perdido toda la mentira, todo lo artificial, quedando únicamente lo que era él de verdad. Así paso la noche inconsciente en la base de la montaña.
Al despertar, no sabia muy bien donde estaba pues estaba aturdido. Miro hacia los lados y empezó a recordar, anoche estaba trabajando, estaba muy cansado y no podía más, se acordaba de haberse mareado y perdido en conocimiento, pero de nada más.
Se levanto como pudo, estaba débil pero había algo diferente, se sentía más ligero. Entonces se miro y vio que todo lo había perdido, sus adornos, todo el trabajo de muchos años, se sentía pequeño y desnudo. Por cansancio y vergüenza decidió quedarse varios días en el bosque, no tenia fuerza para volver de esta manera.
Con los ánimos muy bajos se tumbo sobre la hierba en un claro del bosque entre los árboles. Tenia una sensación rara, el sol se reflejaba en el cristal calentándole y haciéndole brillar con fuerza, sin buscarlo empezó a hacerse preguntas sobre su vida. ¿Que había sido de la felicidad en los últimos años? ¿Y lo de estar contento? ¿Cuanto tiempo hacia que no sentía paz? Con preguntas de este tipo se paso un buen rato hasta que empezó a sentir una vibración extraña dentro de él. Esta vibración fue cogiendo fuerza hasta convertirse en una melodía hermosa que sonaba dentro de el. De repente sintió como le calentaba el sol, sintió el aire rozándole, sintió los árboles…. De pronto empezaron a reflejarse con fuerza en el espejo todas las imágenes de su entorno, los matices, los colores, las formas que bonitas eran, brillaban con tal intensidad que deslumbraban. Se había despertado su grillo interno, que dichoso era.
Recordó entonces la verdad, lo que el quería, lo que sentía. ¿Como había estado tan ciego de caer en ese sufrimiento constante sin sentido?, en esa vida vacía de la verdadera alegría, de buscar la felicidad en cosas sin importancia. En ese momento hizo una promesa: “Todo lo que haga a partir de ahora será para llenar de experiencias hermosas a mi grillo interno, nunca me olvidare de que existes en mí y así viviré unido a ti en el amor y la alegría”.
Decidió pasar un tiempo solo en el bosque, asentando esta unión entre los dos, espejo y grillo, hasta que cierto día sintió que había llegado el momento de volver al poblado por lo que marcho hacia allí. Al llegar vio la suciedad en las calles, la tristeza y oscuridad en el reflejo de los espejos, la falta de naturalidad y la necesidad de aparentar con los marcos. Todos los espejos lo miraban, unos con juicio pesando que menudo don nadie que no tenía joyas, pero fueron muchos los que apreciaron el brillo, la sencillez y el hermoso reflejo del espejo, estos hartos de sufrimiento le siguieron. El se sentó y les hablo. Les hablo de su grillo interno, les hablo de la necesidad de buscar metas que nos unan a él, les hablo del valor del amor en la vida y las relaciones, les hablo de VIVIR.
Poco a poco fueron más los que despertaron su grillo interno, viviendo en la alegría, en la felicidad…en la verdad.




Comentario:

Depende de cómo estamos internamente, sentimos las cosas que nos pasan, pues la vida es la interpretación de nuestro entorno, que percibimos con nuestras emociones a través de la mente. Hay días que todo parece fácil y agradable, todos son amigos, otros días, sin que haya cambiado nada externo en nuestra vida lo vemos todo mas complicado y difícil, las personas nos resultan mas tensas de tratar. Debemos de trabajar nuestro estado interno, de hacernos amigos de nosotros mismos, consiguiendo una vibración armónica, serena, que nos conecte con esa visión hermosa y correcta de la vida. Hemos de encontrar espacios todos los días para hacer cosas que nos llenen, cosas que nos conecten con ese estar bien, con nuestro grillo interno.
Tenemos mucha información en nuestras cabezas de cosas que aparentemente nos hacen felices, necesidades creadas para vendernos infinidad de productos, hábitos erróneos con los que creemos encontrar la felicidad, pero ¿sabemos que es lo que nos hace sentir realmente bien? ¿lo que nos llena, de fuerza, alegría, paz y amor? La mayoría de las veces son cosas muy sencillas y que tenemos a mano las que nos llenan verdaderamente, alimentando nuestro espíritu. Pasear, respirar sintiendo el aire fresco, sentir el contacto del aire en la piel, el trato humano sincero, el sol en nuestro rostro, metas correctas conectadas con nuestros dones para conseguirlas en la vida... Cuando mas conectados estemos a este espacio interno, mejor percibiremos nuestro entorno, de esta manera podremos relacionarnos de manera mas grata con los demás y con nosotros, osea con la VIDA.





Escrito por Sergio.





Mas información en http://www.yogui-urbano.com/

No hay comentarios: