domingo, abril 26

AMBICIÓN





Recuerdo una época de mi vida, cuando era pequeño, ambicionaba juguetes, veía en la televisión y a otros niños patines, consolas, bicicletas… Yo deseaba tener todas esas cosas y mi pensamiento viajaba a la forma de conseguirlas y me imaginaba jugando con ellas.
Luego crecí y llegue la adolescencia, las emociones se disparaban y al ver a las chicas algo se encendía con fuerza dentro de mí. Ambicionaba estar con ellas, mi deseo me hacia dirigir mis acciones, mi imagen, mi forma de ser a conseguir este fin.
Al hacerme mas mayor las cosas seguían evolucionando, la ambición también evolucionaba. Quería una imagen social pero sobre todo quería dinero, mucho dinero. Mis pensamientos, mi trabajo, me encaminaban a esto, pues esto era lo más importante y lo demás no lo era tanto.
También pase por la ambición de conocimientos, leer mucho para almacenar datos, poder demostrar en una conversación lo que sabía. Mucha teoría y poca práctica de lo aprendido, no servia para nada.
He de decir que todas estas cosas y otras que busque las alcancé, una vez conseguidas me parecieron que no tenían el valor y la importancia que les había dado. Durante un tiempo buscaba mas en la misma dirección sintiéndome cada vez mas vacío, hasta redirigir de nuevo mi ambición, mi búsqueda hacia otro fin.
Ahora en estos momentos de mi vida mi máxima ambición ya no se encuentra en tener cosas, en conseguir objetivos. Mas bien mi deseo es el de poder disfrutar de lo que tengo, este donde este, poder conectarme con el momento sacando partido de lo que hay a mi alrededor, sin exigencias, simplemente estando en paz, sintiendo la alegría y el amor que hay en mi y en lo que me rodea. Aprendiendo de la vida y ganado en consciencia día a día.
Sobre esto último me pregunto si lo llegaré a conseguir, en un grado elevado o no, y de conseguirlo ¿Cuál será el siguiente paso en la evolución de mi ambición? ¿Será la última ambición?


Marut.


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martes, abril 14

La prosperidad en tiempos de crisis









Para empezar me gustaría aclarar la idea de prosperidad, pues tiene su reflejo en lo material pero sobre todo nace de un acercamiento espiritual. Así pues, la prosperidad nos lleva al dinero, pero también atrae la paz, el amor, alegría, consciencia... en definitiva calidad de VIDA. Para acceder a nuestra esencia debemos pasar por nuestra personalidad, sin atascarnos con miedos, inseguridades o carencias, es lógico pues que al acercarnos a nuestro espíritu hayamos conseguido un equilibrio psicológico que nos facilite la capacidad de pensar, para decidir lo que necesitamos realmente y la manera de conseguirlo.

“Busca el reino de los cielos y lo demás se te dará por añadidura”. El reino de los cielos esta dentro de nosotros, a través de la expansión de nuestra consciencia nos conectamos con el espíritu, en este camino se va dando la prosperidad pues es inherente, es la añadidura.
La consciencia es trabajar para solucionar, colaborar, crear, mientras que la personalidad se mueve más en el conflicto, la guerra, el problema. El trabajar enriquece, la guerra empobrece.

Esta claro que todos pensamos, es mas, estamos todo el tiempo pensando pero sabemos desde donde pensamos. En tiempos de crisis es fácil que nuestros pensamientos salgan desde la emoción más básica de todas: "el miedo", haciendo que nos paralicemos, que nos atasquemos, sin tener la capacidad de ver con amplitud, con discernimiento las situaciones que se ponen ante nosotros. Así lo que conseguimos es creer lo que nos dicen los pensamientos, trasladando una fantasía que hay en nuestra mente a nuestra vida, convirtiéndola en un infierno. Así finalmente pasamos de una situación que es real, a hincharla de tal manera con añadidos y suposiciones, que la convertimos en una mentira, llevándonos al pesimismo con el pensamiento negativo, pensando que va a pasar lo peor.

Una de las leyes del universo dice:
"El hombre se convierte en lo que piensa". Es una gran verdad pues todos los pensamientos que tenemos ya sean conscientes o inconscientes dirigen nuestras acciones, ósea nuestra vida, atrayendo prosperidad o desdicha. Debemos vigilar nuestros pensamientos y sin engañarnos, darles la vuelta convirtiéndolos en afirmaciones positivas llenas de fuerza y valor, transmutando el miedo en confianza en la VIDA y en las capacidades de uno mismo para afrontar con éxito todo lo que venga, sea lo que sea.

Si pensamos que nos van a despedir terminaran por despedirnos, si pensamos que nuestra pareja nos va a dejar terminara dejándonos, si pensamos que vamos a perder nuestro dinero terminaremos perdiéndolo, si pensamos que no merecemos el respeto de los demás las personas no trataran sin respeto... Atraemos lo que pensamos. Lo semejante atrae a lo semejante.
Si no nos sentimos merecedores de alegría y prosperidad difícilmente podremos atraerlas a nuestras vidas.

Recuerda:
"Pase lo que pase, no pasa nada. Pues todo viene, todo se va y siempre Yo sigo"
Marut.

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sábado, abril 4

LOS GOBERNANTES




Había un pueblecito gobernado por varias personas y encabezado por el alcalde. Este se caracterizaba por ser muy mental, le gustaba que le dieran la razón de todo lo que decía y pensaba, cuando alguien le contradecía se sentía a morir, enfadándose y no atendiendo a razones, pensabas como él o estabas en su contra. Ansiaba y necesitaba el poder de estar por encima de los demás.
En la sombra de él, estaba su mujer manipulándole sin el darse cuenta, llenándole de deseos y metas que conseguir. Ella era muy emocional, su temperamento envidioso e insatisfecho la controlaba. Si estaba bien todos eran buenos y pensaba cambiar el pueblo haciendo grandes obras exageradas, si estaba mal deshacía todo lo hecho pensando que no servia para nada, en este estado mejor no ponerse delante de ella. Pasaba de la euforia a la tristeza muy rápidamente, siendo impredecible su comportamiento. Solía controlar al marido llenándole la cabeza de cómo debían de ser las cosas, como se tenían que comportar el pueblo, a quien había que elevar y a quien hundir. Entonces él, rápidamente se ponía pensar planificando todo lo necesario para conseguirlo.
Cuando el alcalde y su mujer querían que se cumplieran sus deseos-ordenes, enviaban al policía, el ultimo del grupo de dirigentes del pueblo, aunque el no pensaba, solo actuaba. Este era una persona grande, bruta, con malos modales y mucha fuerza, Le gustaba mucho comer beber, dormir… en definitiva todos los placeres físicos. Desde su oficina el alcalde y la mujer ordenaban, pero el policía ejecutaba.
Las reuniones en el despacho eran siempre iguales, el alcalde se pasaba todo el rato hablando con palabras llenas de tensión sobre lo que había que hacer, a su mujer le gustaba que le encendieran las emociones pues se sentía viva, entonces aplaudía y animaba a su marido, el cual al sentir que le daban la razón se crecía diciendo mayores barbaridades. Así se iban echando leña el uno al otro, la mujer le adulaba llenándole de ego y el otro decía lo que quería oír su esposa, haciéndole vibrar de emoción. Mientras tanto el policía escuchaba, su cuerpo se tensaba respirando cada vez con mas rapidez y de forma entrecortada, así en el momento que le mandaban a hacer algo salía a toda prisa a realizar su misión.
Así gobernaban el pueblo mandándoles constantemente ordenes y leyes de cómo tenia que funcionar a sus habitantes, los atiborraban de información, de miedo y estos solo podían dedicar el tiempo a cumplir todos los mandos, sin darles tiempo a plantearse nada mas, si eran correctos o incorrectas las ordenes, si eran buenos para ellos o para los demás. Los tenían controlados para no perder el poder, su dominio sobre ellos. El pueblo se caracterizaba por el ruido, el desorden y la falta de armonía. Tan descentrados estaban en el pueblo que no paraban de hacer y deshacer, sin terminar nada, ni sentir obra alguna como propia. Se habían convertido en un reflejo de sus gobernantes.
En esta confusión general, cierto día, uno de ellos hastiado de vivir así, como si todo fuera un fraude y una mentira, en silencio mirando al cielo, rezó:
- Por favor Padre, ¿cual es mi camino?, no se a donde voy, ni que hago. Envíame una señal, dame luz para andar y abrázame, por que necesito de tu fuerza y confianza para seguir.
En ese momento mirando hacia el cielo vio un brillo en lo alto de la colina tras el pueblo, era una luz suave y blanca, tenia algo especial. Nunca se había fijado en esa luz, se preguntaba de quien seria y si siempre había estado ahí. Decidió dirigirse hacia allí, no fue fácil empezar a caminar pues de cierta manera dentro del pueblo, de lo conocido, se sentía seguro, salir de él y dirigirse hacia lo desconocido le costaba mucho. Paso todo el día andando, había momentos que se arrepentía de haber salido del pueblo, las inseguridades se apoderaban de él, pero aun así seguía andando hacia su meta, Finalmente llegó a la cima, allí encontró una pequeña choza donde vivía un anciano, este se encontraba sentado en la puerta. Se miraron fijamente a los ojos, así estuvieron un buen rato, profundizaron tanto en su mirada que daba la sensación que se habían fundido convirtiéndose en uno. Entonces el anciano rompió el silencio y le dijo: gírate y observa. El se giro y vio el pueblo desde lo alto, que pequeño e insignificante se veia, podía apreciar a las personas moviéndose sin parar, daban la sensación de hacer muchas cosas pero se daba cuenta que nadie conseguía nada, sentía eso “para que correr tanto si no llegan a ningún sitio, de que sirve tanta prisa si no van en la dirección correcta”.
Los problemas, los bloqueos, las incertidumbres… todo lo que en el pueblo le parecía enorme y doloroso, desde aquí se veía insignificante, sin valor.
Se paso todo el día hablando con el anciano, este le daba su saber, basado en la verdad, en su experiencia. Cada palabra que escuchaba resonaba dentro de él con tal fuerza, que derrumbaba sus barrera mentales y miedos, caía todos los muros que no le habían dejado ver, que fuerza tenia lo que oía. Se había hecho tarde y debía bajar antes de que anocheciera, pero decidió que todos los días subiría allí para estar con el anciano.
Así lo hizo, todos los días compartía momentos muy intensos en lo alto de la cima, encontrándose con el anciano, encontrándose con el mismo, sentía como se iba llenando de fuerza y de luz propia.
Así se genero el cambio, primero dentro de él y luego fuera en su entorno. Al renovar sus patrones de pensamientos sin apegarse a ellos, al dejar atrás sus miedos... todo cambiaba, a su alrededor todos seguían con la dirección que les habían creado, buscando poder, necesidades imaginarias, ser los mejores comparándose con los demás… Que vació e insustancial veía esto, el ya no quería nada de esto, buscaba conocerse, buscaba estar en paz, buscaba VIVIR.
Antes era como un robot, respondía a los estímulos externos siempre igual, sin pensar, de forma automática. Ahora tenia la capacidad de decidir por el mismo, ya no se dejaba influenciar y dirigir por los gobernantes, pues estaba por encima de ellos y él creaba sus respuestas. Era LIBRE.


Comentario:
Nuestra personalidad esta formada por un cuerpo físico, otro emocional y otro mental, ellos nos gobiernan como los gobernantes del pueblecito de este cuento, hasta que despertamos capacidades para dirigirlos. Cada uno de ellos tiene unas necesidades, características y un valor propio, aunque los tres están conectados, cuando uno esta alterado arrastra a los demás. Debemos entender que estos cuerpos no somos nosotros, pero terminamos identificados con ellos y con todo lo que nos dicen, por lo que les servimos a ellos en vez de servirnos ellos a nosotros. Igual que el informático tiene un ordenador, un despacho y software que realizar, el no es nada de esto, es algo mas, imaginaros si se pasara todo el día limpiando arreglando y decorando el despacho, comprobando el ordenador y revisando una y otra vez los mismos proyectos, por que se ha olvidado de lo que tenia que hacer y se ha enredado con tareas que no le llevan a ningún sitio.
La libertad se consigue cuando los conoces, se le da a cada uno lo que necesita de forma equilibrada y se utilizan correctamente, dirigiéndolos hacia nuestra meta, que no son las suyas. La meditación es importante para conseguir esto, pues accedes a un espacio de encuentro, transcendiendo a la personalidad (los gobernantes), llegando a lomas elevado que hay dentro de nosotros (el sabio de la cima), asi no tiene poder sobre nosotros, por lo que podemos ir conociéndonos y desarrollando el poder de dirigir con libertad.

Marut.

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