jueves, mayo 28

El fin NO justifica los medios.




Vivimos de manera que todo lo que hacemos lo valoramos de forma positiva o negativa dependiendo del resultado final de la acción. Esta valoración suele venir determinada por un reconocimiento por parte de los demás, por haber alcanzado el objetivo buscado, por conseguir beneficios económicos, alcanzar éxito…. Parece ser que en nuestra escala de valor todas estas cosas tienen importancia encabezando nuestra lista, pero nos dejamos la mas importante de todas: “el conocimiento de la experiencia propia”.
Cuando hacemos cualquier cosa de forma consciente vamos añadiendo en lo mas profundo de nosotros un conocimiento único, vivenciado personalmente este nos da la posibilidad de crecer he ir ganando en capacidades, gracias a esto podremos encontrar felicidad al tener mayores capacidades de solucionar las situaciones que se nos presenten, sin atascarnos en ellas.
Es curioso, podemos hacer un montón de acciones esforzándonos por conseguir una meta, si la conseguimos pensamos que a valido la pena, si no es un fracaso y una perdida de tiempo. La única diferencia ha sido el final, pero todo el tiempo lo hemos invertido de igual manera. Debemos tener claro que una situación tiene muchas formas de acabar y no necesariamente la mejor es la que hemos pensado, pues es posible que haya partes de la situación que no llegamos ha percibir, trabajando algo en nosotros.
Debemos valorar la acción por la acción misma, disfrutando y poniendo atención sobre lo que se hace, con la intención de aprender y de disfrutar. Así nos desapegamos del fruto de la acción, del resultado y podemos pensar con claridad para hacer de forma más correcta las cosas, consiguiendo una voluntad férrea y constante.
Si nos centramos en conseguir el resultado previsto, apegándonos a el, sentiremos una gran necesidad de alcanzarlo, aparecerá el miedo al fracaso, al ser cuestionado y juzgado por los demás, la no aceptación de otra posibilidad… por lo que seguramente nos creamos con derecho para mentir, pisotear y manipular a otras personas, para así lograr nuestro deseo. Con esta forma de funcionar la frustración será una compañera de vida.
Un día estaba en el videoclub, dándole vueltas a este pensar, de repente una portada de una película llamo mi atención, decía:
“Lo importante no es el final del viaje, sino la experiencia del camino”
Otro dicho Zen nos dice:
“Lo valioso no es donde te diriges, sino donde estas”
En el Yoga existe Sanyasa (realizar la acción sin buscar el beneficio, piensas en la acción misma) y Tyaga (desapego, no hay deseos de conseguir resultados), son diferentes pero van unidas.
Así pues yo pienso que:
“El fin no justifica los medios, puesto que lo que realmente importa es el medio”.

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