martes, marzo 29

Vampiros de caricias.



Lo mas importante para nuestra estabilidad psicológica es la de sentir diariamente una buena dosis de caricias, siendo como vampiros, pero en vez de sangre buscamos ser acariciados por los demás.

Los seres humanos nos pasamos nueve meses formándonos en el vientre de la madre, en un ambiente calido, oscuro, silencioso, unidos a esa persona amada, la madre. El primer nacimiento, el físico, se produce cuando nos sacan al mundo, separándonos de nuestra madre, en un ambiente frío con mucha luz y sonidos estridentes, nos limpian con una toalla que parece lija, comparada con la placenta en la que estábamos envueltos y para más caos nos dan una palmada en el culo hasta que lloramos. Esta es la primera experiencia traumática que vivimos, sintiéndonos perdidos e inseguros en un mundo que no conocemos, entonces nos ponen sobre nuestra madre y sentimos su calor, sentimos su abrazo, nos sentimos bien y seguros. Aquí se produce el nacimiento psicológico, convirtiéndonos en estos momentos dependientes de caricias.
Las caricias pueden ser de diferentes tipos, de contacto, acariciando con la mano, un abrazo, un beso, la mano en el hombro… De palabra, con reconocimiento, animo, afecto, amistad… Con gestos, una sonrisa, un guiño, una mirada amable… Siendo todas estas caricias agradables.

Muchas personas al no recibir su dosis de caricias agradables y sentir que no se le presta atención, intentan buscarlas atrayendo la atención de los demás con conflictos o exigencias. “A falta de pan buenas son tortas”
Es común ir haciéndose tan independiente que llegamos a creer que no nos hace falta nada de los demás, que no tienen nada que darnos, acorazándonos y separándonos. A estas personas les cuesta recibir caricias, abrazos, halagos, afectos… quedándose rígidos y actuando con cierta brusquedad en estas situaciones.
En alguna ocasión he visto alguna de estas personas, como finalmente llega un momento crítico en su vida, una crisis. Al abrazarlo y mirarle a los ojos he visto un niño asustado y perdido, pidiendo cariño, suplicando caricias con gritos silenciosos.

Las caricias son igual de necesarias darlas como recibirlas, así que intenta dar una buena dosis todos los días, sin esperar nada a cambio y veras como también las recibes, llenándote por dentro y sintiéndote bien.

Por favor, ser felices.

Marut.

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