miércoles, octubre 19

Evitando el sufrimiento innecesario.





"Si las cosas tienen solución, porque te enfadas y preocupas,
y si no tienen solución, porque te enfadas y preocupas."
Proverbio chino.

Las personas funcionamos de manera que un estimulo externo (las situaciones que nos encontramos en la vida) provocan una respuesta interna (a través de los sentidos percibimos, procesando la información nuestro cerebro) Esta respuesta interna suele estar "distorsionada", funcionando de forma automática, dejándose llevar por hábitos y patrones de conducta ya establecidos.

Cuando sucede algo que no nos agrada, que no es como esperamos o que nuestra mente lo etiqueta como "malo", sin controlarlo nos enfadamos o preocupamos, creemos que actuar así normal, correcto y no se puede evitar. Llevamos toda la vida haciendo lo mismo, nos enfadamos y nos creemos con toda la razón para estar así de enfadados, no nos damos cuenta que así lo único que conseguimos es tener el problema, además del malestar. Fuera lo que hay es una situación que hemos de resolver, al no aceptar ese cambio no querido, interiormente creamos el problema cargado de conflicto. Sería conveniente crear él hábito de solucionar las cosas de la mejor manera posible, evitando la falta de visión que el pensamiento tiene al estar tensos.

Así, creamos el pensamiento constructivo, un hábito correcto de funcionar en la vida. Cuando las cosas no salen como yo quiero, no pierdo el tiempo en buscar culpables, en juzgar a nadie ni a mi mismo, haciendo como el compás que se clava en un punto y no avanza dando vueltas y círculos sobre ese punto, sobre el problema. Desechando pensamientos destructivos e innecesarios, busco la mejor opción para "solucionar en este momento". Si en este momento no hay solución, hay que aceptarlo, no quedándose atascado en algo que ahora no se puede hacer nada, mas adelante quizás.

Recuerdo que antes cuando la grúa municipal se llevaba mi coche, me enfadaba muchísimo, culpaba a la policía por molestar a los que trabajábamos en vez de ir a por lo delincuentes. En una de estas ocasiones me di cuenta que tenía dos opciones:
1-Enfadarme, fastidiarme el día, culpabilizar a los demás, regalarme una ulcera, no aprender nada y perder 120 €
2- No amargarme el día, aparcar mejor la próxima vez y perder 120€.
Estaba claro, por el mismo precio, decidí la 2.

Cuando te concentras en el problema, en el enfado, profundizas en ellos angustiándote mas, destruyendo tu vida. Cuando te concentras en solucionar, encuentras diferentes soluciones, utilizando la mejor, construyendo una buena vida.

Así que tú decides que prefieres: ¿Enfadarte, asustarte, preocuparte… o solucionar?


Ser felices.

Marut.

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