domingo, junio 2

Libertad




El camino hacia la libertad es un trabajo importante, pero para poder recorrerlo es importante saber el camino. Son muchas las personas que suelen decir: “Yo soy así porque me da la gana, hago y digo lo que quiero”. Generalmente estas personas están muy equivocadas, no se dan cuenta de todo aquello que las condiciona y piensan que dirigen su vida.

Recuerdo cuando empecé a practicar yoga y meditación, quería ir a hacer unos cursos para formarme. Tenía dinero, tenía el tiempo y todo lo necesario externamente para hacerlo, pero tarde cerca de dos años en permitírmelo. Dentro de mi había una ley mental que decía: “Si te vas un fin de semana a hacer un curso, eres un mal padre y un mal marido”. Es curioso que para hacer algo por mi bien no me diera permiso, sin embargo por trabajo viajaba y pasaba noches en diferentes ciudades de España constantemente.

La libertad se gana a través del conocimiento de cómo funcionamos y de todo aquello que nos limita, impidiendo ser quien podríamos llegar a ser y de hacer lo que debemos hacer por nuestro bien y el de los demás.

Las características del cuerpo físico son la pereza y la búsqueda de placer. Cuantas veces hay que hacer algo y no se hace por que el cuerpo no tiene ganas y otras se pone a comer sin poder parar, pasándose y sintiéndose luego mal. A nivel emocional el miedo es el que más nos limita y quita libertad. Miedo a lo que pensaran los demás, al enfrentamiento, a equivocarnos, al fracaso, a lo desconocido, al sufrimiento, a la pobreza… todo esto hace que nos quedemos en la zona de confort, aunque estemos mal, con la idea de que más vale malo conocido que bueno por conocer. A nivel mental tenemos un montón de leyes que te exigen como debes de ser, lo que tienes que hacer y unas barreras gigantescas que dicen “NO PUEDO”

Un cuento nos habla de un elefantito que nada más nacer lo ataron a una estaca clavada en el suelo, se pasó toda la noche estirando de la cuerda para soltarse pero no pudo. Al día siguiente siguió intentándolo y al otro, hasta que al cuarto se rindió y grabo una afirmación que decía: “No puedo”. El elefantito se fue haciendo grande, pesaba varias toneladas y podía derribar árboles, muros… era muy poderoso pero cuando le ataban a la estaca nunca más intento estirarla. Con poco esfuerzo habría conseguido sacar la estaca del suelo, pero tenía una gran limitación, la más fuerte de todas. La mente lo encerraba en una cárcel invisible con una grabación que decía: “No puedo”

Confucio decía: “Si crees que puedes tienes razón, si crees que no puedes tienes razón”

Otra frase importante nos dice: “La verdad te hará libre”. La verdad no son palabras ni acciones. La verdad es quién eres esencialmente, percibirlo y reconocerlo hace que no te identifiques con los cuerpos físico-emocional-mental  y así no hacer lo que ellos te digan. Pues debe de ser al revés, que ellos hagan lo que tú digas, lo que tú creas que se debe hacer. Esto es libertad.

Ser felices.

Marut.

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