martes, marzo 29

Ego


Ego
Al nacer empezamos a formarnos, condicionados por nuestros padres, la educación y el entorno, vamos creando una personalidad, un personaje, un ego.
El ego al identificarse con nuestra forma física, emociones y pensamientos, que cambian constantemente, se llena de inseguridad, buscando el reconocimiento, aceptación y admiración por parte de los demás. Para conseguir esto, el ego utiliza un valor, un poder que sienta que atrae la atención hacia él. Lo buscamos a través de la imagen siendo el fuerte, alto, guapo, con coches caros, ropas de marca, propiedades... Desde las emociones siendo el bueno, duro, tierno… El intelectual busca demostrar conocimientos, tener datos y dejar a los demás asombrados con lo listo que es. En general desde el ego, nos sentimos obligados a mostrar constantemente lo que tenemos, lo que hacemos, lo que sabemos… para ser aceptados, queridos.
Esto se ve claramente cuando en alguna celebración, boda o bautizo, se forma una mesa donde no se conocen las personas. Puede pasar que algunos terminen hablando de su empresa, los trabajadores que tiene o incluso de lo que factura. Otros hablan de sus propiedades, casas, coches. Otros alardean de sus master, conocimientos, proyectos… todo por sentirse reconocidos, que son aceptados en el grupo.

Todos estos apegos nos harán crear una imagen falsa de lo que somos, defendiendo ese personaje allí donde estemos, sintiéndonos seguros y bien cuando seamos el mas listo, guapo, rico… y sintiéndonos inseguros y mal cuando aparezca alguien que sea mas que nosotros en ese aspecto. El ego no sabe sentirse igual, por lo que suele estar por abajo con frustración y rabia o por encima con orgullo y vanidad. Como no nos gusta estar abajo aparece la envidia, con chismorreos y juicios temerarios para hundir al otro y así estar por encima.

Es muy común el pensamiento:”Tanto tienes, tanto vales”. Que gran equivocación.
La verdadera grandeza se encuentra en la humildad, el autentico valor está en que somos un Ser humano, ni mejor ni peor, solo diferentes, pero cada uno único e indispensable. Esto hace que puedas estar con un mendigo o un príncipe y no sentirte ni mas ni menos, relacionándote sin prejuicios de forma sincera con cualquier persona.

Por favor, sed felices.

Marut

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