martes, marzo 3

Yo creo en Alá, pero ato al camello.


Este dicho sale del siguiente cuento:
Un comerciante y su joven ayudante se dirigían por el desierto con una caravana de camellos llenos de mercancías para venderlas en la ciudad. Después de viajar todo el día acamparon, el comerciante antes de entrar en su tienda ordeno al muchacho que se ocupara de sus responsabilidades.
Al levantarse por la mañana cual fue su sorpresa que no estaban los camellos, enseguida fue a despertar al joven y dirigiéndose a él le dijo:
- Los camellos no están. ¿Te encargaste de atarlos bien?
- Yo me ocupe de mis oraciones, en ellas pedía que nos protegiera de todo mal, y que evitara que los camellos se perdieran. No me ha hecho caso, no ha servido de nada la oración. Contesto el muchacho.
- Era tu responsabilidad evitar que los camellos pudieran soltarse, Alá no tiene manos, así que tú eres sus manos. Deberías haber hecho todo lo posible para que esto no pasara, y el resto ya dependería de Alá.


Con esta lección el comerciante intenta enseñar al muchacho que esta en nosotros el hacer todo lo posible, todo lo que esta en nuestras manos para que las cosas salgan como esperamos, y si no es así es porque hay razones que no llegamos a comprender para que las cosas sean de otra manera.

Nuestro maestro Madhava, lo explica así:
Un día iba paseando por la playa y me encontré con un grupo de muchachos, cantando y tocando la guitarra se habían despistado, por lo que se habían quedado con la barca sobre la arena en mitad de la playa al bajar la marea. Todos empujaban la barca y no se movía, por lo que me acerque a ayudarles. Me puse a su lado y apoyando la mano la barca empezó a moverse empujándola hasta el agua. Esto es una ayuda, la que hace falta cuando hacemos todo lo que podemos y nos falta un empujón. Si en vez de empujar todos, me hubieran dejado a mi solo, eso no es ayudar, es “hacer el primo”.
Toda invocación debe ir acompañada de una evocación.

Otra forma popular de decirlo es con el refrán: A Dios rogando y con el mazo dando.
Yo pido a dios que se cumplan mis deseos, pero no dejo de trabajar para que así se vayan logrando.

De esta manea lo que trabajamos es la voluntad que no se rinde haciendo las cosas.
También formamos la aceptación de que las cosas son como son y si no es lo que esperaba no me hundo, no me frustro.
Y la más importante de todas las capacidades que desarrollamos es, la confianza en la vida, una inteligencia superior que dirige con sabiduría, pues todo lo que ocurre es por mi bien.

Marut.


Mas información en http://www.yogui-urbano.com/

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quizá en ese proceso en el que estamos envueltos que es el de vivir conscientemente van apareciendo experiencias en las que tendremos que cumplir la parte que nos corresponde y así y todo puede que las cosas no salgan como queremos, tengan otros resultados. En esos casos comenzamos una revisión de lo que pudo haber fallado por nuestra parte. La lógica no siempre es el factor en el que se dirimen las acciones y sus resultados.
Para el que está en el camino puede que aparezcan situaciones que le hagan dudar, cuestionarse, desde sus actos hasta la validez de sus postulados,siempre en la duda, hasta desarrollar la "Fe Inquebrantable" y la Rendición. Un abrazo para Marut,Brihaspati.