Me gustaría hablar de la unión que tienen el perdón y la comprensión, una unión imprescindible pues para que el perdón sea sincero es necesario que haya comprensión. La comprensión de saber que la persona hace lo que puede, que el comportamiento está limitado por todos sus miedos, condicionado por sus experiencias, por su inteligencia, por su voluntad, por su confianza, carencias, necesidades, por el pasado..., por tantas y tantas cosas.
Tendemos a pensar que esa persona que nos a hecho daño lo hace queriendo, lo hace de forma consciente, pero no es así, y así lo que estamos haciendo, es que a esa persona le damos un valor demasiado grande, le damos la fuerza dentro de nosotros para hacernos daño, y la imaginamos como una persona poderosa ante nosotros. Poderosa por que tiene un poder ante nosotros, y es el poder de hacernos mal. Pero no es así, en el momento que vemos que esa persona no es libre, que esa persona está condicionada, que esa persona hace lo que puede, y su comportamiento esta dirigido por miedos, por inseguridades, por nervios, tensiones, etc..., tantas y tantas cosas que se producen en esa persona de forma inconsciente, ya no lo vemos como un monstruo, sino mas bien como un niño indefenso y perdido.
Así, a través de esta comprensión, es cuando nos damos cuenta, de lo involuntario de sus actos, de lo inconsciente de sus actos, y es cuando podemos perdonar, sabiendo que hace lo que puede, sin ofender se podría decir que no da para más, por sus incapacidades, barreras, bloqueos... por tantas y tantas cosas. Cuando cogemos esta comprensión de la verdad, nos desapegamos de esa tensión que tenemos dentro de nosotros hacia esa persona, de ese miedo, rabia e inseguridad, y perdonamos. Cuando perdonamos también nos liberamos de ese peso, de ese mal que nos hace daño dentro de nosotros, y ahí, es cuando podemos alcanzar ese estado de dicha, ese estado de paz y tranquilidad, que viene dado por el perdón con la comprensión. Y nos sentimos como si fuéramos pájaros en el aire volando desde lo alto, observando las cosas que pasan ahí bajo sin que nos afecten, pero observándolas de una forma completa, con una visión amplia, viendo todo lo que pasa, entendiéndolo, comprendiéndolo y no afectándonos, sintiendo la paz de estar flotando, sintiendo el amor hacia todo, y sabiendo que todo es como debe ser.
Si las personas pudiéramos decidir, decidiríamos ser felices, estar tranquilos, tener paz, pero aunque lo decidamos hay muchas cosas que aprender, trabajar y cambiar, y aún así siempre saldrán cosas nuevas, por eso el perdón es tan importante. Perdón con la con la comprensión de que las personas hacen lo que pueden, que las personas hacemos lo que podemos, y ese perdón tiene que ser tanto para las demás personas, como para nosotros mismos, para no juzgarlas a ellas, ni juzgarnos a nosotros cuando hacemos las cosas mal, creemos que podíamos haberlas hecho mejor, pensamos que podíamos haber hecho mas y nos juzgamos, saliendo esa voz interna exigiéndonos, machacándonos.
Aquí en este punto, tenemos que tener claro que lo que debemos trabajar, es la intención. La intención de hacer las cosas siempre lo mejor que podamos, con atención, con cariño, abiertos para aprender, aceptando nuestros posibles errores sin machacarnos, conociendo nuestros límites y aceptándolos. Sabiendo que llegamos hasta cierto punto, y a partir de ese punto, las cosas ya no se deciden por nosotros mismos, sino que hay fuerzas mas poderosas, y muchas realidades que se mezclan, que se convergen en ese punto y que ya no dependen de nosotros, sino de todas las demás generalidades. Sabiendo que debemos hacer siempre lo que podamos, y el resto si es el caso, se dará, ese pequeño empujón, esa pequeña ayuda, como dice el dicho: “Yo creo en Alá pero ato al camello”, yo creo en la vida pero hago todo lo posible, para que todo este preparado y así pueda salir bien, y si no sale bien, es porque no tenia que salir. Pero siempre sin juzgarnos, sin juzgar a nadie, comprendiendo, perdonando, y ahí nos eleváramos, crecemos.
Para vivir de una forma plena y feliz es imprescindible el perdón, la comprensión y la tolerancia, para ir curando y sanado las heridas internas que nos pueden causar las diferentes situaciones en las que nos pone la vida.
Propongo leer cinco veces este texto, acompañándolo de una respiración profunda y lenta, intentando la mayor sinceridad y sentimiento:
· Perdono a cualquier persona por todo el daño que me pueda haber hecho.
· Perdonadme por todo el daño que pueda haber hecho.
· Me perdono a mi mismo por todo el daño que haya podido hacer, tanto a los demás como a mi mismo.
Escrito por Sergio.
Tendemos a pensar que esa persona que nos a hecho daño lo hace queriendo, lo hace de forma consciente, pero no es así, y así lo que estamos haciendo, es que a esa persona le damos un valor demasiado grande, le damos la fuerza dentro de nosotros para hacernos daño, y la imaginamos como una persona poderosa ante nosotros. Poderosa por que tiene un poder ante nosotros, y es el poder de hacernos mal. Pero no es así, en el momento que vemos que esa persona no es libre, que esa persona está condicionada, que esa persona hace lo que puede, y su comportamiento esta dirigido por miedos, por inseguridades, por nervios, tensiones, etc..., tantas y tantas cosas que se producen en esa persona de forma inconsciente, ya no lo vemos como un monstruo, sino mas bien como un niño indefenso y perdido.
Así, a través de esta comprensión, es cuando nos damos cuenta, de lo involuntario de sus actos, de lo inconsciente de sus actos, y es cuando podemos perdonar, sabiendo que hace lo que puede, sin ofender se podría decir que no da para más, por sus incapacidades, barreras, bloqueos... por tantas y tantas cosas. Cuando cogemos esta comprensión de la verdad, nos desapegamos de esa tensión que tenemos dentro de nosotros hacia esa persona, de ese miedo, rabia e inseguridad, y perdonamos. Cuando perdonamos también nos liberamos de ese peso, de ese mal que nos hace daño dentro de nosotros, y ahí, es cuando podemos alcanzar ese estado de dicha, ese estado de paz y tranquilidad, que viene dado por el perdón con la comprensión. Y nos sentimos como si fuéramos pájaros en el aire volando desde lo alto, observando las cosas que pasan ahí bajo sin que nos afecten, pero observándolas de una forma completa, con una visión amplia, viendo todo lo que pasa, entendiéndolo, comprendiéndolo y no afectándonos, sintiendo la paz de estar flotando, sintiendo el amor hacia todo, y sabiendo que todo es como debe ser.
Si las personas pudiéramos decidir, decidiríamos ser felices, estar tranquilos, tener paz, pero aunque lo decidamos hay muchas cosas que aprender, trabajar y cambiar, y aún así siempre saldrán cosas nuevas, por eso el perdón es tan importante. Perdón con la con la comprensión de que las personas hacen lo que pueden, que las personas hacemos lo que podemos, y ese perdón tiene que ser tanto para las demás personas, como para nosotros mismos, para no juzgarlas a ellas, ni juzgarnos a nosotros cuando hacemos las cosas mal, creemos que podíamos haberlas hecho mejor, pensamos que podíamos haber hecho mas y nos juzgamos, saliendo esa voz interna exigiéndonos, machacándonos.
Aquí en este punto, tenemos que tener claro que lo que debemos trabajar, es la intención. La intención de hacer las cosas siempre lo mejor que podamos, con atención, con cariño, abiertos para aprender, aceptando nuestros posibles errores sin machacarnos, conociendo nuestros límites y aceptándolos. Sabiendo que llegamos hasta cierto punto, y a partir de ese punto, las cosas ya no se deciden por nosotros mismos, sino que hay fuerzas mas poderosas, y muchas realidades que se mezclan, que se convergen en ese punto y que ya no dependen de nosotros, sino de todas las demás generalidades. Sabiendo que debemos hacer siempre lo que podamos, y el resto si es el caso, se dará, ese pequeño empujón, esa pequeña ayuda, como dice el dicho: “Yo creo en Alá pero ato al camello”, yo creo en la vida pero hago todo lo posible, para que todo este preparado y así pueda salir bien, y si no sale bien, es porque no tenia que salir. Pero siempre sin juzgarnos, sin juzgar a nadie, comprendiendo, perdonando, y ahí nos eleváramos, crecemos.
Para vivir de una forma plena y feliz es imprescindible el perdón, la comprensión y la tolerancia, para ir curando y sanado las heridas internas que nos pueden causar las diferentes situaciones en las que nos pone la vida.
Propongo leer cinco veces este texto, acompañándolo de una respiración profunda y lenta, intentando la mayor sinceridad y sentimiento:
· Perdono a cualquier persona por todo el daño que me pueda haber hecho.
· Perdonadme por todo el daño que pueda haber hecho.
· Me perdono a mi mismo por todo el daño que haya podido hacer, tanto a los demás como a mi mismo.
Escrito por Sergio.
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