jueves, febrero 12

vivir en el ego, VIVIR EN EL ESPIRITU.


Vivir en el ego es no ser libre, es utilizar todo tu tiempo y tus acciones con un solo fin, el de cubrir y acallar los miedos, necesidades y carencias. Así creamos nuestros deseos egóicos, son mentiras de la mente con necesidades ficticias, que no nos dejan encontrar tranquilidad hasta que se hayan cubierto. Lo malo es que esta efímera tranquilidad desaparece casi al instante pues enseguida otro deseo se ha apoderado de nosotros, con la idea de que para estar bien he de conseguirlo, para acabar con la situación que produce mi miedo, obteniendo el objeto deseado o alcanzando el fin buscado. Puedes dedicar tu vida a buscar belleza física, a ser admirado por los demás, a conseguir éxito, poder, dinero... finalmente te conviertes en esclavo de esto, manteniéndolo con gran sacrificio y necesitando más.


Todas las personas buscamos ser felices, pero terminamos buscando la tranquilidad que te da el cubrir nuestros deseos y miedos. Cuando una persona fumadora se fuma un cigarro no lo hace por ser feliz, sino para quitarse la ansiedad que genera el no fumar, la necesidad de la nicotina. Así fumando la ansiedad del tabaco desaparece, así se siente mejor. No os parece un absurdo, creamos una adicción para que al cubrirla podamos sentirnos bien, creamos deseos inconscientes constantemente para cubrirlos y quitarnos la tensión que ellos nos generan. Así nos convertimos en esclavos, dirigiendo nuestras acciones exclusivamente a conseguir lo que necesitamos, para dar de comer a todas esas cosas que no nos dejan vivir, recogiendo migajas de tranquilidad siempre insuficientes.


La característica del egoísmo es el sufrimiento, el sentimiento de estar separado, ser más o menos que los demás...
El egoísmo no es una decisión es una imposición que nos hacen nuestros deseos, hasta que somos capaces de despertar capacidades para dirigir desde lo esencial, acercándonos al espíritu.


VIVIR desde el ESPIRITU, nos hace libres. Nos permite pensar con claridad, sin estar condicionado por estructura mentales, emociones o placeres físicos, así vemos con discernimiento y de forma amplia las situaciones sin creernos la falsa verdad que hay en ellas. Esto no quiere decir que no puedes disfrutar de la vida sino todo lo contrario, pues te sirves de lo que hay para que te ayude a seguir hacia tu meta, pero no lo conviertes en un fin sino en un medio, el dinero, comodidades, placeres, salud, bienestar... se utilizan para alcanzar la meta: la expansión de la conscienciencia, floreciendo la semilla divina que esta en todos nosotros.


En el espíritu puedes relajarte y disfrutar de todo lo que existe y es, sin perderte buscando constantemente proyecciones de lo que debe ser. Disfrutas de las personas, las situaciones, el entorno... el momento.


La característica del espíritu es el AMOR. El amor nace de la comprensión que da el sentir que en esencia somos todos lo mismo, estando unidos. Desde esta semilla común se van creando los envoltorios de la personalidad dando lugar a las diferentes formas que apreciamos en las personas (físicos, caracteres, formas de pensar)


El ego y el espíritu son antagonista, si estas en uno no estas en el otro. Existe un gran espacio entre los dos, con un camino en el que estamos todos situados en algún punto, en donde fluctuamos moviéndonos hacia un lado o el otro.
Ego (sufrimiento) Espíritu (amor)
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Marut.


Mas información en http://www.yogui-urbano.com/


1 comentario:

M.A dijo...

Hola, tus post encierran unas reflexiones muy a tener en cuenta.
Es cierto que creamos adicciones, quizás porque no sabemos "navegar" sin agarrarnos a algo.
Siempre que no sean dañinas, algunas ilusiones, nos ayudan a seguir, nos impulsan a movernos para sentirnos vivos. Claro que, luego, viene esa realidad fría y gris, y te empapa la cara para que despiertes y, cuando abres los ojos, te sientes ridícula por pensar que el sol, alguna vez ha salido para ti.
Un abrazo y enhorabuena por tu blog.