Una
mujer viajaba conociendo diferentes pueblos de la región, en uno de ellos pasó
por el cementerio local y decidió visitarlo. Le llamo la atención ver tantas
imágenes de personas sonriendo, pero aún le sorprendió más, leer los enunciados
en las lapidas. Muerto con 15 días de vida, muerto con 30 días de vida, muerto
con 25 días de vida… Todas las lapidas apuntaban a muertes muy rápidas 10, 31,
23, 7 días de vida. En ese momento se cruzó un lugareño saludándola, ella no
pudo contener su curiosidad:
-¿Disculpe
buen hombre, como puede ser que todas las personas de este cementerio han
muerto con tan pocos días de vida?
El
hombre con una sonrisa amable le contesto.
-Creo
que se confunde. En este pueblo no medimos la vida por la duración del cuerpo,
sino por la suma de todos los momentos presentes, pues estos son realmente
aquellos que estamos vivos. El resto estamos en un estado de ensueño, solo se
viven en la mente, sin enterarnos apenas de lo que ocurre realmente.
Este
cuentecito nos da una lección muy importante. La mente tiene la tendencia a
dispersarse hacia al pasado, en la memoria, recordando lo que paso o no paso,
lo que hice o no hice, lo que me hicieron o dejaron de hacer. También tiende a
viajar al futuro, a la fantasía, montando películas de lo que pasará o no
pasará.
Parece
ser que al morirnos no nos llevaremos nuestro dinero, ni nuestra casa, ni tan
siquiera la dentadura de oro… pero sí que nos llevaremos los momentos
presentes, aquellos momentos que vivimos conscientemente. Estos momentos nos
acompañaran, cargando nuestra alma de experiencias y haciéndonos evolucionar. Puede
ser que no creas esto, pero puedo asegurarte que cuando vives las situaciones
conscientemente, en presente todo cambia, llenándose de matices y serenidad.
Cualquier situación difícil, desde el pasado aparece la rabia o el rencor, en el futuro generalmente el miedo, si la vives en
presente, no hay espacio para suposiciones, ni malestar… viviéndose con
libertad, sin distorsionar las cosas.
Mi
consejo es que le des importancia a sumar momentos presentes por pequeños que
sean. Esto se consigue a través de experiencias sencillas como respirar de
forma profunda, estar en silencio, sentir los rayos de sol en la piel, el aire
rozando las mejillas, observar la naturaleza, las nubes, una puesta de sol, un amanecer,
el vuelo de los pájaros… son cosas que nos hacen sentir que estamos vivos, sentirnos
en profundidad.
Ser Felices.
Marut.
No hay comentarios:
Publicar un comentario