Esto de ser humano es como una casa de invitados,
cada mañana llega alguien nuevo.
Una alegría, una tristeza, una maldad...
Una conciencia transitoria llega a la casa
cual inesperado visitante.
Da la bienvenida a todos, a todos recibe,
aun si son un cúmulo de tristezas
que con violencia despojan a tu casa
de todos sus muebles.
Aún así, trata a todo invitado con honor:
Quizá te esté preparando
para recibir una nueva alegría.
Al pensamiento oscuro, la verguenza, la malicia,
recibe en la puerta con una sonrisa
e invítalos a entrar.
Da gracias a todos los que vengan,
porque cada uno ha sido enviado,
como un guía del Más Allá.
Rumi (1207 - 1273)
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