domingo, mayo 10

Veo a DIOS.




Seguramente después de leer el titular más de uno haya pensado: “Este está loco”.

En mi opinión todas las personas creen en algo, misterioso y que no llegamos a comprender, que rige y gobierna el universo, se le puede llamar Dios, Ser, Espíritu, Existencia… Incluso el que más niega esta idea, en momentos de confusión o sufrimiento reza internamente, preguntando, pidiendo o compartiendo sus pensamientos en silencio.

Pienso que ciertamente estamos en una epoca de cambios, estos suelen ir acompañados por momentos críticos debidos a nuestros apegos y tozudez para cambiar hábitos y formas de pensar. Si tienes que trabajar paciencia, la vida no te envía un kilo de paciencia para que la sumes a la que tienes, sino que te envía situaciones que se alargan para desarrollar la paciencia. Si tienes miedo a la pobreza, al enfrentamiento, a lo desconocido…, te pondrá situaciones de conflicto donde tendrás que desarrollar valor. Si tienes intolerancia, te pondrá personas que no soportas para que desarrolles comprensión y tolerancia… Así en todos aquellos aspectos internos que no tenemos equilibrados.

Dentro de cada uno de nosotros se encuentra una parte divina, elevada (amor, conciencia, generosidad, bondad…) y  el infierno, que designa lo que queda situado «más abajo» o «inferior» (egoísmo, avaricia, odio, codicia…), siendo capaces de funcionar desde una y al momento siguiente desde el otro. 

Yo mismo he comprobado en las situaciones complicadas que me toca vivir, como ese aspecto divino surge en muchas personas de mi entorno. Dios no tiene brazos para abrazarme, no puede hablarme, sonreírme… pero nos utiliza a todos nosotros. Lo veo en forma de ayuda, de apoyo, de afecto… lo veo cuando una persona que suele estar mal, se relaja y sonríe, con un brillo especial en los ojos, lo veo cuando ando por la naturaleza y mi mente se calla, fundiendome con la belleza que me rodea, lo veo cuando un bebe me mira… 

Albert Einstein decía: “Mi religión consiste en una humilde admiración del ilimitado espíritu superior que se revela en los más pequeños detalles que podemos percibir con nuestra frágil y débil mente”

Ser felices.

Sergio Cambra.

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